EL POTENCIAL FORRAJERO AUTÓCTONO Y ALÓCTONO DEL ECOSISTEMA BERMEJEÑO
Resumen
Los ecosistemas son un conjunto de factores abióticos y bióticos que determinan las características propias de cada región o sitio geográfico, pues las interrelaciones de factores como el clima (temperatura, precipitación pluvial, humedad relativa, radiación solar, vientos, etc.) con otros que tienen vida como ser las poblaciones de vegetales y animales, además de las actividades antrópicas, configuran un paisaje propio de una determinada región.
Bolivia tiene una amplia variedad de regiones y ecorregiones, en cada una de éstas viven una gran diversidad de especies vegetales y animales, por lo cual es considerado a nivel mundial como uno de los países con mayor diversidad, debido principalmente a su riqueza natural.
Se considera que una de las principales actividades de Bermejo es la agro industria azucarera, sin embargo también tiene lugar en la región la actividad ganadera del tipo familiar, explotando especies de ganado mayor (Bovinos, equinos) y también animales menores (caprinos, ovinos, aves, conejos) que pueden utilizar como parte de su dieta diferentes especies vegetales nativas y exóticas que crecen en este ecosistema.
Las características agro ecológicas locales son el hábitat de muchas especies nativas (autóctonas) pero también muchas especies vegetales exóticas (Alóctonas) introducidas con diferentes fines, algunas como plantas ornamentales, otras para forraje, encontraron las condiciones para diseminarse por todo el ecosistema formando poblaciones que pueden en algunos casos alcanzar niveles de plaga de los cultivos de caña y cítricos, estas especies tienen un gran potencial forrajero, más aun considerando que gran parte de la inversión en cualquier explotación ganadera es precisamente la destinada a la alimentación, la utilización de recursos forrajeros locales permite reducir significativamente los costos de producción de proteína de origen animal destinada a la alimentación humana.
La región denominada el “triángulo” de Bermejo corresponde al bosque tucumano-boliviano, formando parte de la provincia biogeo-gráfica de Yungas en las laderas orientales de los Andes con elevada diversidad de especies bajo un régimen climático subtropical; en Bolivia se distribuye desde el nudo de Amboró en el centro de Bolivia hacia el sur hasta Tarija para luego continuar en Tucumán, Argentina.
El aprovechamiento de recursos vegetales por las comunidades rurales se expresa en base de beneficios de subsistencia, agricultura comercial y extracción masiva de productos entre los que se encuentran una gran variedad de especies vegetales nativas e introducidas, que son utilizadas como alimento del ganado. (Hurtado U. R. & Moraes M. 2017).
La provincia de Yungas se encuentra entre 500 y 2.500 m de altitud extendiéndose como una faja angosta a través de las laderas orientales de los Andes en la parte central del departamento. Está representada en la Reserva por la formación Tucumano-Boliviana, la vegetación predominante corresponde a un bosque montano sub-húmedo semi siempreverde, rico en lauráceas, mirtáceas y presencia de Podocarpus (pino de monte) (Arnold I & barroso P. 2008). Las Yungas se extienden hacia Bolivia, en los departamentos de Tarija y Chuquisaca, y conforman una sola unidad tanto desde punto de vista biogeográfico como ecológico y social (Grau y Brown, 2000; Brown et al., 2001). Es parte de las Yungas la unidad de vegetación conocida como Selva Pedemontana., ocupando los sectores entre los 400 y 700 msnm en el pedemonte y las serranías de escasa altitud. (Brown, 2007).
De acuerdo a Hilgert, N. (1999) En la región Neotropical, Dominio Amazónico, Provincia de las Yungas, se reconocen dos Distritos: Selvas Montanas, 400-1600 m de altitud apro- ximadamente; y Bosques Montanos, 1600-3000 m. Es prioritario conocer la importancia de uso del bosque para las comunidades humanas y la identificación de especies con gran potencial, algunas están sometidas a una gran presión por explotación, debido a la pérdida acelerada e irreparable del conocimiento sobre el uso de plantas y a la degradación de los bosques. (Hurtado U. R. & Moraes M. 2017).